Solomillo de cerdo con salsa de soja
Aliño, condimento, acompañamiento…, imprescindible en la cocina oriental, conseguida tras la fermentación de los granos de soja y en ocasiones trigo. Hasta aquí, más o menos la respuesta «académica». Cuando decidí incorporarla a mi cocina, lo primero que hice fue interesarme por su sabor, «salado», fue la respuesta, y con esos mimbres, pasó a ser un condimento importante en mi cocina desde 2011, aproximadamente.
Ingredientes 4 personas
- 1 solomillo de cerdo grande
- 1 cebolla
- 1 cuharada pequeña de harina
- 3 cucharadas soperas de salsa de soja
- 1 copita de vino de jerez
- 1 vaso de agua
- Aceite, sal y pimienta
Elaboración:
Salpimentar el solomillo, pasarlo ligeramente por la plancha y reservarlo.
Picar la cebolla en juliana y pochadla en una sartén con un poco de sal, hasta que esté transparente, añadir la harina dejar que se fría un momento, incorporar el vino y dar unas vueltas hasta que evapore el alcohol, a continuación echar el agua o caldo y dejar que hierva todo junto. Es el momento de añadir la salsa de soja.
Partir el solomillo en filetes gruesos e idlos incorporando a esta salsa, dejar hervir por espacio de 1 minutos, no mas para que no se sequen.
Sacar los filetes a una fuente de servir y cubridlos con la salsa muy caliente.
Sugerencias útiles:
Si la salsa estuviera floja de sabor, cosa poco probable pues la soja ya se lo aporta, podemos, a modo de sal, espolvorear la misma con un poco de una pastilla de caldo.
Si no nos gusta encontrar los trozos de cebolla podemos pasar la salsa por el pasapurés.
Este plato se puede acompañar con un poco de pasta hervida, unas patatas fritas, unos champiñones salteados, etc.
Si nos sobra cualquiera de estas carnes que van poco hechas, es interesante no recalentarlas, por lo que las sacaremos de la nevera a temperatura ambiente, y en el momento de servirlas calentamos la salsa como si no hubiera mañana y se la ponemos por encima.