Papajotes
Mi hermano Santi y yo, debimos de ser, mejor dicho fuimos, unos niños muy guerreros con las comidas, y mi madre, si hacíamos una comida bien, luego nos obsequiaba con una cena informal, quiero decir que nos libraba del consabido pescado o cualquier otra cosa que hubiera de cena, nuestro manjar preferido eran unos papajotes, que yo nunca logré que mis hijas comieran y cayeron en el olvido.
Pero, como aquí estamos para recuperar todo lo que se pueda de la comida tradicional de nuestra familia, con este preámbulo, que os podeís saltar sin más, ahi queda lo que yo recuerdo de nuestra receta familiar.
Ingredientes:
- 1 cucharada de harina de repostería.
- 1 cucharada de maicena
- leche entera la que admita
- 1 huevo, con la clara batida a punto de nieve
- 1 cucharada de azúcar (mejor al gusto),
- 1 gaseosa armisen (no sé si se seguirá fabricando, pero se puede sustituir por una cucharada de levadura en polvo)
- Unas gotitas de esencia de azahar, vainilla u otro aroma que nos guste
- azúcar para rebozar con un poco de canela molida..
Elaboración:
Ponemos las harinas en un bol y vamos añadiendo leche poco a poco y sin dejar de remover para que no se nos hagan grumos.
A continuación añadimos la yema del huevo, y la clara batida a punto de nieve para meter aire a la crema y que nos quede más esponjosa, al mismo tiempo incorporamos la esencia elegida y el azúcar al gusto, así como la citada gaseosa, o un poquito de levadura. La masa no debe ser demasiado dulce, pues luego envolveremos los papajotes en azúcar.
Una vez bien mezclados los ingredientes reservamos la masa en un lugar apartado del calor.
Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite, dejamos que se caliente, y con una cuchara vamos incorporando las cantidades de la mezcla como si de buñuelos se tratara. Cuando estén bien doraditos los sacamos a un papel absorbente, para eliminar el exceso de grasa, los rebozamos en azúcar con canela en polvo y con un vaso de leche se convertían en una cena de niños inapetentes.
Con estas cantidades salen, aproximadamente, 1 docena de papajotes