A mí esta ensalada me da muy buenos resultados, porque es sabrosa, fresquita, y si estás pobre, con cuatro cositas que tengas en la despensa lo apañas, pero si la cosa puede ir más allá, y le pones unos trozos de ventresca hermosos para cada comensal, queda de domingo e invitados.
Todo esto quedaría estupendo, dice mi gente, con unas aceitunas, pero yo odio este magnífico ingrediente y como no me gusta ni su olor, prescindo de ellas. No obstante en un plato aparte las dejo en la mesa como olvidadas.
Otra cosa que tampoco me gusta es la cebolleta o cebolla crudas, pero no me importa ponerlas. Manías de la cocinillas.
👉 Ingredientes para 4 personas
- 300 grs. de judías verdes planas o redondas
- 4 huevos duros1 patata hermosa
- 1 o 2 zanahorias, depende del tamaño
- Una lata pequeña de maíz
- 1 o 2 tomates 1 pepino pequeño 1 cebolleta
- 2 latas de ventresca o de bonito
- La cuarta parte de un pimiento rojo crudo
- Aceite, vinagre y sal.
👉 Elaboración:
Lavar, pelar y partir de la forma que más nos gusten las judías verdes, patatas y zanahorias, ponerlas a cocer en agua caliente con sal hasta que estén a nuestro gusto. Escurrimos y reservamos
Pelamos los tomates, el pepino y la cebolleta, y los partimos en trozos regulares un poco semejantes a las verduras que van cocidas, lo ponemos en un bol y reservamos.
Hacemos una vinagreta con la tira de pimiento rojo, un trozo de cebolleta y medio huevo duro, todo ello picado en cuadraditos muy pequeños, (brunoise, me parece que se llama esta forma de partir las verduras), mezclamos este picadillo con aceite y vinagre en abundancia y ahí tenemos una magnifica vinagreta, que si no se nos olvida la sal será deliciosa.
Para montar el plato, y con el fin de que no se deshagan las patatas, ponemos en el fondo de una fuente de servir, las verduras cocidas bien escurridas, y sobre estas las verduras crudas, para que vaya soltando su jugo sobre las anteriores, encima de todo esto colocamos el bonito en la variedad que hayamos elegido, el huevo cortado a nuestro gusto, la lata de maíz y lo rociamos todo ello con la vinagreta; aunque esta operación la podemos dejar para el último momento.